Alexandra Astachenko Vasquez Benavente
Nacida el 7 de agosto de 1970 en Thionville en Francia.
Alumna de la Escuela de Bellas Artes N.UNTERSTELLER en METZ.
Profesora de artes plásticas, participa a exposiciones en medios asociativos y privados.
En 2007, expone en el 118 ° Salón de artistas Independientes (página 26 de la edición de ese año)
así como en salón de “Art en Capital”.
En este periodo, sus trabajos residen esencialmente en la búsqueda del ritmo de la trama aleatoria, de símbolos de líneas -sentimientos, el grafismo se traduce a través del carácter particular de la escritura.
En 2010 vive en Rusia y A.V.B. deja su taller en cartones.
Se encuentra con Florence que se desempeña con flores y precisamente con las rosas. Florence posee un invernadero de rosas y le ofrece trabajar con las rosas no vendidas.
La búsqueda con este nuevo soporte material, le permite iniciarse en un contexto de esta naturaleza inmensa y majestuosa.
« Lo que me inspira es la naturaleza dorada en Otoño, esta naturaleza de otra dimensión ».
Los resultados de estos trabajos serán expuestos en un salón sobre las flores (las rosas) en Moscú.
Hoy en día…..
Icono: pintura religiosa sobre paneles de madera, a menudo adornados de metal precioso o
enjoyadas.
Representación con valor artístico de la divinidad o de personajes a temas religiosos.
La naturaleza, los árboles, las flores, las hierbas, las hojas son para mi como oro, piedras
preciosas….
Para ella, tocar esta materia, constituye un trabajo de orfebrería.
Si estos elementos naturales son puestos en paralelo con las joyas, entonces estos tienen la fragilidad, la delicadeza y la fuerza de los sentimientos.
Si su trabajo técnico toma de cerca o de lejos la técnica de los iconos entonces finalmente de esta mezcla de asombro, de poesía, de sagrado… Nacen como »PROFETAS DE LA NATURALEZA».
Un poco lejos de la escritura grafica abstracta de sus primeros trabajos… Ella renueva con el placer, la trama aleatoria aun si es al servicio de un figurativo.
« LAS PROFETISAS HABLARIAN EN NOMBRE DE DIOS… Y SI DIOS FUESE UNA DIOSA: LA NATURALEZA »